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Aprender en Herräng Dance Camp (y en cualquier festival de baile)

Siguiendo con la serie de entradas sobre mi viaje, la publicación de hoy es sobre la forma de aprender en Herräng Dance Camp. Después de tomar clases intensivamente con distintos profesores durante una semana y escuchar la experiencia de amigos, quiero compartirles algunos de los pensamientos que me surgieron (y que creo que son aplicables a cualquier festival de baile). Perdón, lo sé, viene con retraso, pero tengo la excusa perfecta: estaba bailando mucho.*

Lo que primero me pregunté (y pregunto) es si un festival de baile con tantas propuestas didácticas tendría que hacerle caso a la frase “en la variedad está el gusto” o si, por el contrario, lo que suma es que haya un hilo conductor entre las clases. Variedad va a haber siempre, a lo que me refiero más que nada es al contenido. Eso me llevó a pensar en el tipo de clases que tomé.

Antes de seguir, repaso algunas cosas del campamento: dura cinco semanas y cada una de ellas se autoconcluye. Es decir, cada sábado hay recambio de gente: llegan las personas nuevas y los que se quedan cambian de hospedaje o aprovechan el “día libre”. Los domingos empiezan las clases y la semana vuelve a comenzar. Les dejo un esquema, si no lo entienden, no se preocupen, como digo acá yo recién lo entendí cuando estuve ahí 😆.

semana en Herräng

Por lo tanto, si bien cada persona se queda los días que quiere, en general se elige la visita por semana. Las clases de baile son una de las actividades centrales de este festival y, más allá de las disciplinas fijas, cada semana suele tener un track especial que no se repite. En total tomás un aproximado de 15 clases con distintos profesores de la escena mundial. A la noche hay Crash Courses, son clases que cualquier persona se puede ofrecer a dar, por fuera del programa (de la disciplina que se imaginen: hip hop, air steps, blues, lambada).

Yo fui dos semanas enteras (la tercera y cuarta). Elegí tomar clases en la primera porque se daba el track de Solo Jazz Advanced. ¿El “hilo” del que hablaba más arriba? lo encontré.

Reconocí dos tipos de clases de baile:

  • Rutinas. Trabajan en la ejecución de una coreografía o secuencia.
  • Exploratorias. Centradas en un aspecto específico del baile.

El foco de las clases dedicadas a las rutinas suele ser la memorización, ejecución y repetición. En ese juego aprendés pasos (o nuevas transiciones entre ellos), movilidad por el espacio, historia del baile, entre otras cosas.

Por otro lado están las clases vinculadas con la exploración de ciertos aspectos de nuestro baile, que, por decirlo de alguna forma, lo atraviesan transversalmente. Este tipo de propuestas, entre los que bailamos hace un tiempo, tienen más aceptación.

Las clases de rutinas amplían nuestro vocabulario de pasos. Las clases exploratorias indagan el vocabulario que ya tenemos (no importa cuán vasto sea) y desarrollan otras habilidades: improvisación, musicalidad o se detienen en un aspecto del baile, por ejemplo: giros, over the tops, formas de hacer el rock step.

También podríamos pensar que las clases del segundo tipo nos dejan los ejercicios “servidos” para que, si tenemos el hábito de la práctica individual, podamos volver a trabajar sobre eso (por siempre, diría). Por el contrario, si le queremos “sacar el jugo” a las del primer tipo, tenemos que desgranar más lo que hicimos: agarrar los movimientos, separarlos entre sí, tratar de mezclarlos con otros pasos, hacerlos con otra música (más rápida, más lenta).

Clases en Herräng 1
Foto: Michael Ghidiu

Efectivamente lo que pasó en Herräng es que las distintas personalidades de los profesores y sus propuestas de trabajo hicieron que la semana tenga sentido (tomé principalmente clases con Nathan Bugh, Frida Segerdhal, Yana Sanamyantz, Nick Williams). Si bien al principio parecía que todo se iba a tratar de aprender rutinas, después se empezó a notar la comunicación entre los profesores (para ver qué venían haciendo) y entre los profesores y los estudiantes (para ver qué teníamos ganas de trabajar).

Ojo, no quiere decir que aprender rutinas no me guste o no me parezca valioso. Lo que creo es que en este tipo de eventos, en los que uno hace mucho esfuerzo para poder ir y tiene la oportunidad única de interactuar con algunas personas, uno quiere aprender herramientas que lo ayuden a desarrollar su baile globalmente. Y eso no siempre es evidente en las clases focalizadas en lo coreográfico.

Clases en Herräng 2
El milagro de encontrar una carpa vacía: cualquier espacio con piso amigable es ocasión para ponerse a practicar. Foto: Michael Ghidiu.

Es cierto que es difícil planificar una clase cuando no conocés en absoluto a las personas que van a asistir (su nivel, su conocimiento previo, etc); por eso me parece destacable aquellos profesores que en base a la primer clase que tuvieron con nosotros, tomaron decisiones para las posteriores.

Les pongo un ejemplo: en una de las clases que tuvimos con Nathan Bugh empezó a presentar una secuencia y varios de los presentes no se manifestaron muuuy felices… En seguida nos preguntó por qué y le contamos que ya habíamos hecho varias en lo que iba de la semana. Por lo que pude percibir, cambió la propuesta sobre la marcha: en un momento de esa rutina nos dejó dos ochos libres para que cada uno improvise y después retomar lo que seguía. En otro momento teníamos que intercambiar dos frases de Solo con el compañero que teníamos al lado. Esos pequeños cambios nos hicieron trabajar sobre otras habilidades: los “momentos de libertad” hicieron que, teniendo en cuenta el contenido que veníamos trabajando, apelemos a lo que sabemos y lo tengamos que amoldar a la propuesta general.

Hay otro tipo de aprendizajes que me dejó Herräng. No son fáciles de identificar porque no fue un momento de aprendizaje consciente, sino que se dieron por el solo hecho de estar expuesta a tantas experiencias distintas y enriquecedoras. Pueden darse una idea leyendo las otras entradas sobre mi estancia en este hermoso festival <3.

Cada día después de las clases nos encontrábamos con mis amigos en la casa que compartíamos y nos contábamos qué hicimos. Con el café de la tarde o la cena colectiva (¿ya les conté que en Europa se cena súper temprano y hacíamos lío entre la hora de la comida y la merienda?) describíamos ejercicios, coreos, profes etc. De estas charlas saqué la conclusión de que ellos, con el track de Lindy Hop, no tuvieron tanta suerte como yo: la maravillosa experiencia de conocer a distintos profesores internacionales (incluso a esos que te la pasás viendo en YouTube), conocer sus estilos e ideas, no era suficiente para sentir que estaban logrando grandes aprendizajes y que la semana tenía un sentido en sí misma. Las clases se basaron, más que nada, en secuencias y sólo algunas dejaron la sensación de contenido valioso. Y, a pesar de tener audiciones (con apreciaciones de los profesores y de sus mismos compañeros), parece que no fue suficiente para que se sientan bien nivelados. Me pregunto: ¿les brinda la organización opciones temáticas por nivel a cada pareja de profesores, o dejan que decidan individualmente?. Por otro lado ¿se comunicarán entre ellos lo que van a trabajar?

En fin, hace un tiempo que estoy alerta a los comentarios que hacen las personas cuando salen de una clase en un festival (tal vez haber estudiado Educación tenga la culpa 😝). Siento que, por lo general, son rápidos y deliberados: me gustó/no me gustó. Y no creo que esa sola apreciación le haga justicia a una clase. Más allá de creer que “el cuerpo tiene memoria” y que es muy importante tomar todo tipo de clases, haber estado sumergida en una experiencia tan intensiva, como fue Herräng, me ayudó a dividir un poco las aguas entre los tipos de propuesta que tiene todos los eventos y festivales de baile, en los cuales la instancia de aprendizaje tiene mucho peso.

Tomando clases con Yana. Foto: Chloé Méreau

A modo de resumen, a lo largo de esta entrada identifiqué:

  • Propuesta pedagógica de un evento: clases sin relación entre sí a diferencia de hilo conductor en el contenido
  • Clases de un mismo profesor: autoconclusivas a diferencia de temática que se sostiene y retoma
  • Tipo de clases: rutinas/secuencias a diferencia de ejercicios de desarrollo del baile

No necesariamente hay unas mejores que otras. Dependiendo su combinación van a hacer a la experiencia completa que podamos tener de un festival. Ustedes, ¿tienen preferencias?

Los leo 🙂

O.

*En este texto utilizo el género masculino para indicar plural apelando, en primer lugar, a la economía del lenguaje y, en segundo lugar, para facilitar el uso de la opción de traducción automática. Sin embargo, entiendo que al hacerlo se invisibiliza la presencia de los géneros femenino y binario, los cuales también está contemplados en el relato realizado.

Gracias a quienes colaboraron con sus fotos y a #LuchoEscritor por el feedback.

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